Verguenza la vivida en el pabellón. Tan sólo 4 asistentes al partido, con lo que se jugó sólo la primera parte para ver si se podía hacer algo.
Y se pudo. Se le dió una alegría a la afición (record de espectadores con 8) y se le regalaron 6 goles a un gran equipo, que logró dicho resultado en 20 minutos jugando al tran-tran y con desgana, sin buscar humillar como podían haber hecho. Incluso nos dejó vidilla en alguna jugada de contraataque que no se pudo materializar.
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